Con la llegada del verano, asistimos a la aparición de una variada gama de afecciones estivales producidas tanto por el marcado aumento de la temperatura y humedad ambiental, como así también, por los efectos deletéreos de la exposición solar prolongada o en horarios inapropiados. En esta primera comunicación, nos ocuparemos de aquellos cuadros vinculados con los efectos nocivos del calor excesivo (acaloramiento simple y golpe de calor); dedicándonos en un próximo número al tratamiento de las afecciones producidas por exposición a la luz solar (insolación y quemaduras). Los regimenes hipercalóricos invernales que conducen a un incremento de la grasa corporal (obesidad); la falta de adaptación individual al aumento brusco de la temperatura externa y una atmósfera de humedad ambiental excesiva favorecen la producción y el desarrollo de éstos síndromes.
Para una mejor comprensión del tema, distinguiremos a aquellos cuadros clínicos producidos por el calor excesivo (termopatías) en una forma leve o acaloramiento simple; una moderada o golpe de calor sin fiebre y otra forma mas grave, o golpe de calor con fiebre (hiperpirético). El acaloramiento simple, se caracteriza por una sensación de ahogo o falta de aire, palpitaciones y rubicundez cutánea (coloración rojiza de la piel). Suele observarse especialmente en sujetos obesos, en los que la grasa corporal actúa como un aislante, dificultando la eliminación del calor interno por conducción directa. A veces, puede acompañarse con manifestaciones tales como mareos, visión borrosa o dolores en el pecho (precordialgias) producidos por la disminución de la circulación cerebral y cardíaca, en un intento del organismo de mantener la temperatura corporal interna constante.
En un estadío mas avanzado, se produce el llamado golpe de calor (“coup de chaleur”) que conduce al desvanecimiento de la víctima (síncope). La abundante pérdida de líquido sudoral, deja literalmente sin sangre al cerebro (exangüe), y se produce el desmayo. Cuando el golpe se acompaña de un marcado aumento de la temperatura corporal (fiebre), la piel se encuentra roja, seca y caliente indicando la falla de los mecanismo orgánicos de regulación del calor y muy particularmente de la pérdida por evaporación (sudoración). En los casos más severos, puede haber convulsiones por irritación cerebral, e incluso coma y muerte del paciente.El tratamiento de las formas mas leves consiste en desvestir al paciente y llevarlo a una habitación oscura y fresca (con ventilador turbo o acondicionador de aire); acostarlo en una cama o en el suelo, y “enfriarlo” progresivamente con compresas humedecidas con agua fría colocadas sobre la cabeza, axilas e ingles (si se trata de un niño, puede efectuársele una balneoterapia, es decir un baño de inmersión con agua tibia y agregarle poco a poco agua mas fría). Si la víctima se halla conciente, darle a beber abundante cantidad de agua corriente, con sales de rehidratación oral (1 sobre por litro de agua potable), que se venden en todas las farmacias, preparadas para tal fin.
Finalmente, en todos los casos, y muy particularmente en aquellos que cursan con pérdida del conocimiento, resulta necesario llamar al médico, para requerir los cuidados posteriores a seguir.
Para una mejor comprensión del tema, distinguiremos a aquellos cuadros clínicos producidos por el calor excesivo (termopatías) en una forma leve o acaloramiento simple; una moderada o golpe de calor sin fiebre y otra forma mas grave, o golpe de calor con fiebre (hiperpirético). El acaloramiento simple, se caracteriza por una sensación de ahogo o falta de aire, palpitaciones y rubicundez cutánea (coloración rojiza de la piel). Suele observarse especialmente en sujetos obesos, en los que la grasa corporal actúa como un aislante, dificultando la eliminación del calor interno por conducción directa. A veces, puede acompañarse con manifestaciones tales como mareos, visión borrosa o dolores en el pecho (precordialgias) producidos por la disminución de la circulación cerebral y cardíaca, en un intento del organismo de mantener la temperatura corporal interna constante.
En un estadío mas avanzado, se produce el llamado golpe de calor (“coup de chaleur”) que conduce al desvanecimiento de la víctima (síncope). La abundante pérdida de líquido sudoral, deja literalmente sin sangre al cerebro (exangüe), y se produce el desmayo. Cuando el golpe se acompaña de un marcado aumento de la temperatura corporal (fiebre), la piel se encuentra roja, seca y caliente indicando la falla de los mecanismo orgánicos de regulación del calor y muy particularmente de la pérdida por evaporación (sudoración). En los casos más severos, puede haber convulsiones por irritación cerebral, e incluso coma y muerte del paciente.El tratamiento de las formas mas leves consiste en desvestir al paciente y llevarlo a una habitación oscura y fresca (con ventilador turbo o acondicionador de aire); acostarlo en una cama o en el suelo, y “enfriarlo” progresivamente con compresas humedecidas con agua fría colocadas sobre la cabeza, axilas e ingles (si se trata de un niño, puede efectuársele una balneoterapia, es decir un baño de inmersión con agua tibia y agregarle poco a poco agua mas fría). Si la víctima se halla conciente, darle a beber abundante cantidad de agua corriente, con sales de rehidratación oral (1 sobre por litro de agua potable), que se venden en todas las farmacias, preparadas para tal fin.
Finalmente, en todos los casos, y muy particularmente en aquellos que cursan con pérdida del conocimiento, resulta necesario llamar al médico, para requerir los cuidados posteriores a seguir.
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