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martes, 1 de octubre de 2019

Aneurisma de Aorta Abdominal

Figura: Aneurisma de aorta abdominal.

Se define como aneurisma a toda dilatación sacular ó fusiforme de la aorta con límites claramente demarcados. Antiguamente, la sífilis era la causa más frecuente de aneurisma de la aorta torácica. Sin embargo, la ateroesclerosis es actualmente el factor etiológico habitual en esta localización y en la gran mayoría de los aneurismas aórticos abdominales. Los aneurismas congénitos y traumáticos son raros. En el síndrome de Marfan puede existir una dilatación aneurismática en la zona supravalvular de la aorta.
Los aneurismas ateroescleróticos son consecuencia de una lesión de la túnica media con una debilitación de la misma y con formación de grandes placas en la íntima. La pérdida de tejido elástico y muscular, junto con el incremento de la tensión lateral a medida que progresa la distensión da lugar a la formación de una dilatación fusiforme ó globular. La localización más frecuente de los aneurismas aórticos es a nivel de la aorta abdominal, entre el origen de las arterias renales y la bifurcación aórtica. Los aneurismas de origen ateroesclerótico pueden ser múltiples. Frecuentemente contienen trombos dispuestos en láminas que pueden originar embolias distales. Las complicaciones que pueden aparecer son: hemorragias, rotura franca y erosión de las vértebras. La rotura de la pared aneurismática con hemorragia retroperitoneal ó intraperitoneal masiva es una causa frecuente de muerte. Habitualmente, el desgarro se halla en la parte más ancha y, por lo tanto, más delgada del área de dilatación; raramente tiene lugar en los extremos ó márgenes.
Los aneurismas aórticos pueden ser asintomáticos y frecuentemente son descubiertos en el transcurso de un exámen físico ó de un exámen radiológico del abdomen realizado en forma rutinaria. La ecocardiografía es la técnica más útil para el diagnóstico. Una valoración completa puede requerir exploración mediante tomografía axial computarizada (TAC), resonancia magnética nuclear (RMN), ó ecocardiografía transesofágica (ETE). Los aneurismas abdominales frecuentemente son diagnosticados a partir del hallazgo de masas pulsátiles que producen dolor a medida que se van agrandando ó presionan las vértebras y los nervios adyacentes, ó bien son descubiertos por casualidad en el transcurso de una exploración radiológica ó ecocardiográfica del abdomen. En caso de rotura aparece dolor intenso, signos de irritación peritoneal ó shock. La presencia de dolor puede ser un signo de rotura incipiente. Los aneurismas con un diámetro igual ó superior a 5 (cinco) centímetros, son los que tienen más riesgo de rotura.

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