La actividad eléctrica normal del corazón se inicia a nivel del llamado nodo sinoauricular ó nódulo sinusal (ns) de Keith y Flack. Las células que integran el nódulo sinusal son pequeñas, fusiformes, con pocas estriaciones y se agrupan formando una estructura oval de 15 x 5 x 1,5 mm que se localiza a nivel de la región subepicárdica de la cara anterolateral de la aurícula derecha en su confluencia con la desembocadura de la vena cava superior. Estas células, llamadas también células "P" (ó pacemaker) por James, se disponen en la parte central del nodo mientras que en la periferia existen otras células más pequeñas (células de transición) que se interconectan con las células "P" y con las del miocardio auricular circundante (haz de Bachmann).
El nódulo sinusal tiene una arteria central que es rama de la arteria coronaria derecha en el 60% de los casos. Asimismo, posee una abundante inervación simpática y parasimpática que modula continuamente el ritmo de descarga de dichas células y que por lo tanto ejerce un estrecho control de la frecuencia cardíaca.
Las células del nódulo sinusal tienen, a diferencia de otras células miocárdicas, la capacidad de generar sus propios estímulos (automatismo); y de esta forma producen una sucesión rítmica y estable de impulsos eléctricos que determinan el ritmo normal del corazón (ritmo sinusal).
El ns se encuentra inervado por las fibras simpáticas y parasimpáticas, procedentes del llamado plexo cardíaco. Las fibras procedentes del lado derecho suelen tener un efecto predominante sobre el ns, mientras que las del lado izquierdo lo ejercen sobre el nodo AV ó nódulo aurículoventricular (NAV) de Ashoff-Tawara.
El control neurovegetativo de la frecuencia cardíca (fc) se realiza a través de los neurotransmisores noradrenalina (NA) y acetilcolina (Ach) que son liberadas, respectivamente, por las fibras postganglionares simpáticas y parasimpáticas. La Na acelera la frecuencia cardíaca sinusal, mientras que la Ach la enlentece.
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